Mitologia Vasca..
A semejanza de todos los pueblos primitivos la mitología vasca tiene un carácter animista. Las plantas, los animales, los rios, las montañas, todos los elementos del entorno natural poseen su vida propia y su alma. Esto lo refleja claramente un antiguo dicho: “Izena duenak, izana du” (todo lo que tiene nombre tiene su ser, existe).
Antes de las invasiones indoeuropeas la sociedad prehistórica Europea tenía un carácter matriarcal. Aunque las relaciones sociales hombre-mujer eran de igualdad, era una sociedad matrifocal: la mujer era capaz de dar vida, era la fuerza elemental de la creación, y las madres actuaban como eje vertebrador de cada grupo humano. Y por todo ello predominaban las divinidades femeninas (Diosa madre). Este aspecto se refleja claramente en la mitología vasca, ya que la mayoría de los dioses del panteón mitológico vasco son femeninos: Ama-Lurra (Tierra madre), Mari, Eguzki Amandrea (Abuela Sol), Ilargi Amandrea (Abuela Luna). Con la llegada de los indoeuropeos llegó la sociedad patriarcal y los dioses masculinos.
La mitología vasca tiene un carácter pacífico. En las innumerables leyendas de nuestra mitología no encontramos atisbos de batallas, luchas o grandes guerras. Según nos revelan diversos estudios arqueológicos la sociedad Neolítica Europea era pacífica e igualitaria, y este rasgo lo podemos apreciar en nuestra mitología. Las mitologías posteriores, herederas de los pueblos guerreros indoeuropeos, poseen sus dioses de la guerra y sus leyendas sobre combates y luchas.
Observando los dioses del panteón mitológico vasco nos damos cuenta que adoraban su entorno natural en su totalidad: la tierra (Ama Lurra), la naturaleza (Mari), el sol (Eguzki Amandrea), la luna (Ilargi Amandrea) y el cielo (Urtzia). Mari, la personificación de Ama Lurra (Tierra Madre), es la que da equilibrio a la naturaleza, crea los fenómenos naturales y simboliza el ciclo de la naturaleza (creación-vida-muerte). Los vascos, como todos los pueblos primitivos, vivían en equilibrio con la naturaleza, se sentían parte de ese todo, y adoraban la naturaleza en su totalidad. Tenían una visión animista de la naturaleza: todos los elementos de la naturaleza, como las personas, tiene su propio ser y su alma.
Por otra parte, personajes mitógicos como Odei o Eate estan relacionados con los fenomenos naturales, y Basajaun es el señor del bosque.
Podemos decir por tanto que la mitología vasca tiene una cosmovisión naturalista.
Antes de las invasiones indoeuropeas la sociedad prehistórica Europea tenía un carácter matriarcal. Aunque las relaciones sociales hombre-mujer eran de igualdad, era una sociedad matrifocal: la mujer era capaz de dar vida, era la fuerza elemental de la creación, y las madres actuaban como eje vertebrador de cada grupo humano. Y por todo ello predominaban las divinidades femeninas (Diosa madre). Este aspecto se refleja claramente en la mitología vasca, ya que la mayoría de los dioses del panteón mitológico vasco son femeninos: Ama-Lurra (Tierra madre), Mari, Eguzki Amandrea (Abuela Sol), Ilargi Amandrea (Abuela Luna). Con la llegada de los indoeuropeos llegó la sociedad patriarcal y los dioses masculinos.
La mitología vasca tiene un carácter pacífico. En las innumerables leyendas de nuestra mitología no encontramos atisbos de batallas, luchas o grandes guerras. Según nos revelan diversos estudios arqueológicos la sociedad Neolítica Europea era pacífica e igualitaria, y este rasgo lo podemos apreciar en nuestra mitología. Las mitologías posteriores, herederas de los pueblos guerreros indoeuropeos, poseen sus dioses de la guerra y sus leyendas sobre combates y luchas.
Observando los dioses del panteón mitológico vasco nos damos cuenta que adoraban su entorno natural en su totalidad: la tierra (Ama Lurra), la naturaleza (Mari), el sol (Eguzki Amandrea), la luna (Ilargi Amandrea) y el cielo (Urtzia). Mari, la personificación de Ama Lurra (Tierra Madre), es la que da equilibrio a la naturaleza, crea los fenómenos naturales y simboliza el ciclo de la naturaleza (creación-vida-muerte). Los vascos, como todos los pueblos primitivos, vivían en equilibrio con la naturaleza, se sentían parte de ese todo, y adoraban la naturaleza en su totalidad. Tenían una visión animista de la naturaleza: todos los elementos de la naturaleza, como las personas, tiene su propio ser y su alma.
Por otra parte, personajes mitógicos como Odei o Eate estan relacionados con los fenomenos naturales, y Basajaun es el señor del bosque.
Podemos decir por tanto que la mitología vasca tiene una cosmovisión naturalista.

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