Fallece el mítico Cagancho
El equino que hizo grande a Pablo Hermoso sufrió un ictus que le provocó un desmayo y ha fallecido en la finca del rejoneador
NOTICIASDENAVARRA.COM - Jueves, 20 de Agosto de 2015 - Actualizado a las 13:54h
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El rejoneador navarro Pablo Hermoso de Mendoza en el momento de cortarle un mechón de su crín, símbolo de retirada, a su famoso caballo "Cagancho".
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PAMPLONA. El mítico caballo Cagancho, el primero al que el público taurino conoció por su nombre, el que hizo grande al rejoneador estellés Pablo Hermoso de Mendoza, ha fallecido esta madrugada en las instalaciones de la Finca de Zaraputz. El equino sufrió el miércoles una especie de ictus que le provocó un desmayo, informa la prensa especializada. "Se le administró un tranquilizante y tras unos minutos, el caballo con ayuda consiguió levantarse siendo trasladado hasta su box, donde llegó con las fuerzas justas y sin visión, provocado por algún coágulo motivado por el ictus". Horas después, en la madrugada de este jueves, cercana la edad de 30 años, fallecía en su box.
La fama de este caballo fue tal que como los buenos toreros de a pie, tuvo su retirada flamante en las plazas importantes, y al terminar la corrida, el animal daba la vuelta al ruedo con su jinete Pablo Hermoso de Mendoza. Cagancho estuvo 11 años en activo, hasta 2002, toreo en mas de 700 corridas y durante su recorrido ha participado en las plazas más importantes del mundo, como Sevilla (La Maestranza), Madrid (Las Ventas), Pamplona y México D.F.
Al año siguiente, por petición de la afición, esta vez sin torear, se despidió del publico de Estella. A partir de aquí, "Cagancho" pasó a una vida de descanso en la finca de "Zaraputz", saliendo a sus pastos a galopar en libertad, padreando y viendo a sus hijos pastar y crecer en los potreros contiguos, en una vida de privilegio. Desde su retirada en 2002, nunca Pablo volvió a montar a "Cagancho" y solo en una ocasión lo hizo su hija Paula.
"Cagancho marcó sobre todo un crecimiento en mi profesión, ese quererme abrir paso hasta la cima. Los años con él fueron inolvidables, totalmente compartidos, porque él fue el gran impulsor, el que me lanzó hasta donde he llegado. El después ha sido el reto de buscar otra vez ese caballo. Su irrupción fue tal que muchos me preguntaban si yo era el que montaba el caballo negro, no sabían ni mi nombre", declaraba recientemente el rejoneador estellés en una entrevista paraDIARIO DE NOTICIAS.
Así reza el 'obituario' publicado en la web del centauro navarro:"Ha sido el caballo más importante en la carrera de Hermoso de Mendoza y sin duda el más importante de la historia del rejoneo. Posiblemente no fue el mejor, ni el más bonito, ni el más ágil... pero si fue el que más personalidad imprimió en la plaza a todas sus evoluciones. Una personalidad cimentada en un físico barroco, un tono negro cuatralbo que lo distinguía fácilmente de todos los demás caballos, un nombre pegadizo y sobre todo un sentido del toreo que hasta entonces no se concebía en un caballo.
Quien lo iba a decir de un caballo barrigón, con las patas llenas de heridas de verano que llegaba a la finca de Acedo en "patera" y que tuvo que sufrir una enorme transformación física a lo largo del invierno para debutar en 2001 como caballo de último tercio que era para lo que se había adquirido.
El caballo nunca se sintió a gusto en ese tercio y así, decepción tras decepción, se llegó a la corrida de Ejea de los Caballeros, a primeros de septiembre que fue donde Pablo explotó y dijo "basta ya", porque una y otra vez el caballo se chocaba con el toro, no pasaba y no había forma de acabar con aquel astado. En ese momento Pablo se rindió y vio que su inversión había sido un fracaso, que aquel caballo no le iba a servir. Pero los tiempos y la situación no estaban para derrochar ni caballos, ni dinero y a los pocos días en Ampuero (Cantabria) decidió probarlo en el tercio de banderillas. ¡¡¡Sorpresa¡¡¡ El caballo, cuando iba de frente al toro mostraba una enorme habilidad, el caballo no quería torear al hilo del pitón como se hace para matar, sino quería gustarse en la suerte, llegar a la cara del toro y salir toreando con el pecho. Ese día se descubrió el diamante en bruto que Cagancho llevaba dentro.
A partir de aquí, mucho entrenamiento, mucho cuidado en su dieta porque era muy tragón y al ir escalando posiciones en el toreo a caballo hasta el punto de formar un dúo que comenzó a maravillar al mundo en la temporada 1994 y a ser el consentido del público desde aquí hasta su retirada en 2002.
Once años en los que Pablo se instaló en la elite del toreo a caballo como indiscutible número uno y siempre de la rienda de este "Cagancho" que siempre tuvo novias, como los colombianos que pusieron en manos de Pablo un cheque en blanco a cambio del caballo o algunos de los rejoneadores de aquella época como Antonio Correas o la Casa Domecq, que suspiraban por el animal.
Angel Varela Garcia.
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