La Dama de Anboto. Una diosa viajera
Mari, una de las mujeres más universales del país de los vascos, fue sin duda una mujer vanguardista; como todas las diosas de la antigüedad. De ella dicen que es la diosa de la antigua Europa y que su figura está relacionada con las cuevas, los montes, los animales y los fenómenos meteorológicos.
A ella se le atribuyen tempestades, rayos y truenos o vendavales. Muestra de su enfado con los humanos que no respetaban su entorno, o con los dioses masculinos que la cortejaban y que pretendían imponerse sobre sus propias decisiones.
La diosa Mari, la dama de Anboto, era viajera como nosotras. Gustaba siempre de alojarse en las cuevas, y son conocidas sus moradas en el Oiz, el Mugarra, en Aizkorri o en Aralar. Pero como pasa con todas las mujeres del mundo, también de los hombres, tenía su lugar preferido. Las cuevas de Anboto.
A los pies de este monte divino o infernal, según se mire, se ubica el valle de Atxondo, un lugar donde cuenta la propaganda institucional que “el silencio se oye”. Y es verdad. Se escucha, se mete en nuestras orejas y se duerme. Parecería imposible que aquí hubiera lugar para los malvados.
Pero lo hubo. Las gentes de este lugar siempre consagradas a su cielo, a su diosa y a sus montes también se olvidaron de Mari. Fue cuando las guerras empezaron a ser un negocio y se apoderaron del mundo.
En nuestro valle de Atxondo hoy es fácil ver a la Dama de Anboto entre la niebla.
En los tiempos oscuros, que son también estos, el Valle de Atxondo tuvo un lugar preponderante en aquellas miniguerras civiles que se llamaron de banderizos y que cruzaron territorio vasco (y mundial) en la Edad Media. Dice la historia que la Anteiglesia de Axpe, la que aúna a los pueblos ubicados a los pies del Anboto, estuvo bajo la influencia de los señores de Marzana y combatió en el bando de los Oñacinos.
Ahora todo es calma en el valle de Atxondo. Nos acogen sus senderos
Todo está señalizado para que nuestro paseo resulte feliz y placentero
E incluso los carneros se dejan fotografiar
Si quereis visitar el Eden, el que creó la dama de Anboto, que no fueron siete días….Tal vez menos porque no se hizo demasiada propaganda, según nos contó Mari cuando nos la topamos en nuestro paseo…
Si quereis paz, paisajes, pasear, encontraros con la naturaleza. Si quereis ver a una diosa. Habladle. Está aquí al lado. En el Valle de Atxondo. En Bizkaia.
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