miércoles, 12 de agosto de 2015

Navarra con "B".

NABARRA con B


Iñigo Saldise Alda
Donostia, puerto navarro
Nabarrako Herritarren Ekhimena
En el año 1014, el rey navarro, Sancho III el Mayor, pone el monasterio de Donostia en manos del abad de Leire y obispo de Iruñea. Casi un siglo después, concretamente en el año 1101, otro monarca navarro, Pedro I, confirmaba dicho documento. Durante esos siglos, dicho monasterio se convierte no solo en centro espiritual, sino también administrativa ante la naciente vida social de la población navarra de la zona.
La carta fundacional para la villa de Donostia, es otorgada por el rey de Navarra, Sancho VI el Sabio en torno al año 1180, basándose en los fueros navarros de Jaca y Lizarra, siendo el fuero de Donostia, el fuero marítimo de Navarra. El núcleo de la población se sitúa a los pies del monte Urgull, convirtiéndose así en el principal puerto navarro, ante la imposibilidad de utilizar el otro puerto, el de Baiona, el cual se encontraba inutilizado por las arenas provenientes de las playas de Las Landas. Esto posibilitó que muchos armadores y comerciantes gascones de Baiona, se instalen en la villa de Donostia.
Sancho VII el Fuerte, ordena amurallar la villa donostiarra en el año 1194 y realizar nuevas defensas para el castillo de Santa Cruz de la Mota, situado en la posición estratégica y privilegiada en lo alto del monte Urgull, defensa natural de los navarros de la zona, desde los tiempos de Sancho III el Mayor.
Las tropas castellanas de Alfonso VIII, invaden la comarca navarra de Gipuzkoa en el año 1200. La defensa de la villa costera de Navarra, es realizada por el tenente o funcionario navarro, Juan de Bidaurre. La población de Donostia presenta una dura defensa a las tropas castellanas, que finalmente se apoderan de la villa, junto al principal puerto navarro.
Alfonso X de Castilla y León, mostrando un cierto arrepentimiento, permite la utilización por parte del reino de Navarra de su antiguo puerto situado en Donostia. Se cree que en el año 1245 ese rey de Castilla y León habría devuelto la hermosa villa costera, al rey de Navarra, Teobaldo II el Joven.
Carlos II de Navarra entra en el año 1350 en Gipuzkoa, con la ayuda del levantamiento de los leales a la soberanía navarra, siendo el señor de Oñate, Beltrán Belaz de Guevara, el más representativo de los mismos. Con ello, los vascos de la villa de Donostia recuperan la independencia, al formar de nuevo parte del Estado vasco(n) de Navarra, aunque fue por un corto espacio de tiempo.
A pesar de la larga imposición española, en la actualidad aún existen navarros en esa bella ciudad costera. La Sociedad Cultural Motako Gaztelua, nos han invitado al resto de navarros a acudir a un nuevo acto, el día 25 de Julio, con el que se continuará con la segunda Era navarra de Donostia, a la que realmente debemos, una vez más, asistir todos los navarros y navarras de la Navarra Plena.

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