martes, 11 de agosto de 2015

-39-.Historia.

HISTORIA DEL PAIS VASCO Y DEL EUSKERA.









Tras la muerte de Sancho el Mayor de Pamplona-Nájera, sus hijos, en cruentas batallas fatricidas, fracturan el reino de su padre, nacen los reinos de Castilla y Aragón. La pérdida del euskara en los reinos castellano y aragonés.

Sancho el Mayor falleció en 1035 y fue enterrado, según algunos, en el Monasterio de San Salvador de la localidad burgalesa de Oña (España), si bien la ciudad de León (España) también alega albergar sus restos, por lo que no se sabe a ciencia cierta la localización exacta de su enterramiento.

En su testamento, legó el Reino de Pamplona-Nájera a su primogénito, García; el condado de Castilla a Fernando; el de Aragón a Ramiro; y los de Ribagorza-Sobrarbe a Gonzalo. Siendo Garcia rey de Pamplona-Nájera y también de sus hermanos y sus condados. Los hijos no primogénitos eran, por tanto, vasallos de su hermano mayor y pese a que todos utilizaron el título de rex ("rey"), esto no debe considerarse como un reparto del poder, sino como una mera denominación aplicada a los hijos del rey de Pamplona muy habitual desde los inicios del reino. El propio Ramiro de Aragón jamás se denominó como rey en sus documentos, sino que lo hizo como hijo del rey Sancho ("prolis sancionis regis").

Este testamento anexionaba al Reino de Pamplona-Nájera los territorios del Condado de Castilla que se encontraban entre el río Miera y Vizcaya, Castella Vetula (Castilla Vieja, la cuna de Castilla), Bureba y Álava, hasta orillas del Arlanzón. El estudio de documentos de la época provenientes de esta zona, nos indican que eran territorios poblados por vascos, hablándose euskara en el siglo XI, al suroeste, hasta el río Arlanzón, a las puertas de Burgos capital. En compensación por esta anexión, Sancho el Mayor, otorgaba a su hijo, Fernando, los territorios entre el Cea y el Pisuerga, pertenecientes anteriormente a León.

Una actuación, que denota, según algunos historiadores, la intención de Sancho el Mayor de Navarra de preservar la unión de la población vasca en torno al Reino de Pamplona-Nájera. Dado que si bien Aragón, así como Sobrarbe y Ribagorza, los consideraba territorios seguros; Castilla fue anteriormente territorio vasallo de León y, al no estar afianzada totalmente la sumisión de León al Reino de Pamplona-Nájera, en cualquier momento podría cambiar el status quo en la zona y perder, de esta forma, los territorios occidentales poblados por vascos. El rey Sancho no iba desencaminado, pues después de su fallecimiento, Vermudo III, no tardó tiempo en recuperar el Reino de León y reclamar los territorios entre el Cea y el Pisuerga a Fernando.

Los hijos no primogénitos yendo en contra de la voluntad de su padre, y de la estricta ley vascona de sucesión, no aceptaron ser gobernados por su hermano mayor; así como que parte de su territorio (en el caso del conde Fernando de Castilla) fuese anexionado directamente al Reino de Pamplona-Nájera, lo que les llevó a gobernar al margen de la corona pamplonesa. Acabando, así, por arruinar la voluntad de su padre de mantener todos sus territorios unidos bajo un mismo rey y debilitando al Reino de Pamplona-Nájera, que acabará perdiendo el control de Gascuña y, con ella, el dominio de los territorios vascos continentales.

De esta forma los condados de Castilla y Aragón terminarían convirtiéndose en reinos, unos reinos que tendrían vital importancia en el desarrollo político peninsular en los siglos venideros.

Fernando I de Castilla derrotó y dio muerte a su cuñado Vermudo III de León en la batalla de Tamarón (1037). Esta victoria sobre el rey leonés permitió al monarca castellano hacer valer los derechos de su mujer sobre León. Fernando se proclamó rey de León y Galicia y fue ungido como tal en la iglesia de Santa María de León en junio de 1038. Desde entonces tomó el título de Imperator ("Emperador"), tal y como hizo su padre al tomar el control de León.

Con la muerte de García, rey de Pamplona-Nájera, a manos de su hermano Fernando I de Castilla en la batalla de Atapuerca (provincia de Burgos, año 1054), quedó plasmada definitivamente la división de la población vasca peninsular (integrada dentro del Reino de Pamplona-Nájera) en tres reinos, algo que será fatídico para el futuro de la lengua vasca en Castilla, Aragón y Cataluña. Representando la fractura definitiva en la trayectoria de los vascos hacia la compactación territorial y la estructuración política regida desde el foco navarro.

Esta fractura en la compactación territorial, y posteriores procesos de conquista y anexión de los territorios navarros, causará el que las entidades políticas de la Navarra marítima (Álava, Guipúzcoa y Vizcaya) y vasco-continentales (Labort y Sola) vayan desarrollando una articulación interna cada vez mayor, así como una identidad propia diferenciada a la navarra, basada en sus propios sistemas forales.

Castilla y Aragón al seguir su expansión hacia el sur en la reconquista, fueron aumentando más y más su población latina. Debido a ello, poco a poco, el euskara, que era la lengua hablada en gran parte de esos reinos y lengua materna de los primeros reyes de Castilla y Aragón, fue perdiendo peso y desapareciendo. El romance hablado en los núcleos urbanos grandes del norte de Castilla que derivaba del habla de los vascos romanizados, se fue extendiendo a los pueblos circundantes en los que el euskara era la lengua cotidiana. El aragonés que nació en la zona de Zaragoza se fue expandiendo hacia el norte hablante de lengua vasca. De esta forma el castellano y el aragonés, durante siglos de bilingüismo, fueron tomando paulatinamente terreno al euskara en las tierras primigenias de Castilla y Aragón.

Se debe recordar que los castellanos surgieron de la romanización de la tribu vasca más occidental, los autrigones; y que los aragoneses, por otro lado, surgieron de la romanización de los íberos y de los vascones que habitaban la zona de la ciudad de Zaragoza. La tribu de los vascones en la época imperial romana abarcaba La Rioja, Navarra y el noroeste de Aragón. De ahí la similitud de los dos romances, y, al mismo tiempo, sus respectivas diferencias fonéticas, dado que los vascos de Castilla hablaban euskara occidental, también conocido como vizcaíno; mientras que los vascos de Aragón hablaban euskara oriental.

Lengua y cultura latinas eran sinónimos de cristiandad, dado que la mayor parte de la población vasca era pagana. A medida que avanzaban las lenguas y culturas latinas, avanzaba el cristianismo. Hasta que a partir del siglo XIV el euskara, lengua autóctona de esas tierras, fue considerada como una lengua bárbara, pagana, inferior que debía desaparecer. Dando lugar a los primeros decretos de prohibición del euskara. Uno de ellos lo podemos encontrar en las ordenanzas municipales de la ciudad de Huesca de 1349. Según el Archivo Histórico de Huesca la prohibición del euskara se mantuvo en esta ciudad hasta el siglo XVII, siglo también en el que después de un siglo de constantes procesos de brujería por parte de la Inquisición en el norte de Aragón y también en los actuales territorios vascos, a través de los cuales creyentes de la antigua religión vasca fueron perseguidos, torturados, enjuiciados y, posteriormente, quemados en la hoguera, se da por concluida la existencia de la antigua religión vasca. Un siglo después, en el siglo XVIII, morirá la lengua vasca en Aragón, la que dio nombre a esta tierra, ya que Aragón significa “el lugar del valle” en lengua vasca. Hoy es el día que los aragoneses norteños, aunque ya no hablen vasco, siguen relatando en sus leyendas a Mariuena, aragonesización del nombre vasco Mari Ona (“Buena Mari”), que era uno de los nombres con el que los vascos hacían referencia a la diosa suprema de su antigua religión.

Imagen anexa: la península ibérica en el año 1.050, después del desmembramiento del Reino de Pamplona-Nájera.

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Antso Nagusia Iruñea-Naiarakoaren heriotzaz geroztik, bere semeak, borroka odoltsu fatrizidetan, beren aitaren erresuma zatikatzen dute, Gaztela eta Aragoiko erresumak jaiotzen dira. Euskararen galera gaztelar eta aragoiar erresumetan.

Antso Nagusia 1035.ean hil zen eta, batzuen aburuz, Oñako herri burgostarreko Done Salbatoreko Monastegian ehortzia izan zen; alabaina, Leongo hiriak ere bere gorpuaren hondakinak bertan daudela ziurtatzen du. Hortaz, bere ehorzketaren kokaleku zehatza ez dakigu non dagoen.

Bere testamentuan, Iruñea-Naiarako Erresuma bere premuari, Gartzeari, oinordetzan utzi zion; Gaztelako Konderria Fernandori; Aragoikoa Erramirri; eta Erribagortza-Sobrarbekoa Untzaluri. Gartzea, Iruñea-Naiarako erregea, eta baita bere anaiena eta konderriena ere izanez. Premuak ez ziren semeak, beraz, beren anai nagusiaren basailuak ziren eta nahiz eta guztiek rex ("errege") titulua erabili; hau ez da ulertu behar boterearen banaketa bat bezala, baizik eta Iruñeko erregearen semeei emandako izendapen bat bezala, oso ohikoa zena erresumaren hasieratik. Aragoiko Erramirrek, adibidez, agirietan ikus dezakegunez, bere burua ez zuen inoiz errege bezala deitu, baizik eta Antso erregearen semea bezala ("prolis sancionis regis").

Testamentu honek Miera ibaia eta Bizkaiaren artean zeuden Gaztelako lurraldeak, Castella Vetula (Gaztela Zaharra, Gaztelaren seaska), Bureba eta Araba, Arlantzoiren ibaiertzeraino, Iruñea-Naiarako Erresumari anexionatzen zion. Eremu honetako garaiko agirien azterketek anexio honen zergatia argitzen digute, agiri hauen arabera, lurraldeotan euskaldunak bizi baitziren, euskaraz, hego-mendebaldalderantz, Arlantzoi ibairaino hitz eginez, Burgos hiriburuaren ateetaraino hain zuzen. Anexio honen ordain bezala, Antso Nagusiak bere bigarren semeari, Fernandori, aurrerago Leongoak ziren Zea eta Pisuerga bitarteko lurraldeak xedatzen zion.

Ekintza honek, historialari batzuen aburuz, argi uzten du Nafarroako Antso Nagusiak Iruñea-Naiarako Erresumaren barnean euskaldunen batasuna gordetzea nahi zuela. Antsok Aragoi, halaber Sobrarbe eta Erribagortza, lurralde segurutzat hartzen zituen; Gaztela, aldiz, lehenago Leongo basailua izan zen, eta erresuma honen menperatzea ez zegoenez oso sendotua, edozein unean eremuko status quo-a alda zezakeen eta, honen ondorioz, euskaldunak bizi ziren mendebaldeko lurraldeak galdu; horregatik eman zen lurralde hauen anexioa. Antso erregea ez zegoen oker, zeren bera hil eta gero, Vermudo III.ak ez zuen denborarik galdu Leongo Erresuma berreskuratzen, Fernandori Zea eta Pisuerga ibaien artean zeuden lurraldeak erreklamatuz.

Premuak ez ziren semeek, bere aitaren borondatea, eta euskal ondorengotza lege zorrotzaren aurka joanez, ez zuten onartu bere anai nagusiak gobernatzea, halaber beren lurraldeen zati bat (Gaztelako Fernando kondearen kasuan) Iruñea-Naiarako Erresumari zuzenki anexionatzea, iruindar koroaren kontrolpetik kanpo gobernatzen hasiz, eta euren aitak bere lurralde guztiak bat eginik errege baten azpian mantentzeko borondatea deseginez. Era honetan, Antsoren semeek Iruñea-Naiarako Erresuma ahulduko zuten, zeinak Gaskoniaren kontrola galtzen amaituko zuen eta, berarekin, euskal lurralde kontinentalen jabetza.

Honela, hurrengoko mendeetan penintsulako garapen politikoan sekulako garrantzia izango zuten Gaztela eta Aragoiko konderriak erresuma bilakatzen amaituko zuten.

Gaztelako Fernando I.ak Tamarongo Batailan (1037) Leongo Vermudo III.a garaitu eta hil egin zuen. Leongo erregea garaitzeak gaztelar monarkari Leon erreklamatzeko lagundu zion, bere emazteak erresuma honekiko zuen eskubideak alegatuz. Fernando Leon eta Galiziako errege aldarrikatu zen eta 1038.eko ekainan Leongo Done Maria elizan gantzutua izan zen. Ordutik aurrera Imperator ("Enperadore") titulua hartu zuen, bere aitak Leon konkistatu zuenean bezalaxe.

Fernando I.a Gaztelakoak Atapuercako batailan (Burgosko probintzia, 1054. urtea) bere anaia, Gartzea Iruñea-Naiarakoa, hiltzean, penintsulako biztanleria euskalduna (Iruñea-Naiarako Erresumaren barnean bat eginik zegoena) hiru erresumatan behin betiko zatitzea irudikatu zen. Zatikatze hau fatidikoa izango zen euskararen etorkizunerako bai Gaztela eta Aragoin ere. Nafar eremutik gidatutako egituraketa politikoaren eta lurralde-bateratzeranzko euskaldunon ibilbidea behin betiko apurtuz.

Lurralde-bateratzearen apurketa honek eta, gerora, gertaturiko lurralde nafarren konkista- eta anexio-prozesuek, Itsasaldeko Nafarroako erakundeek (Araba, Bizkaia eta Gipuzkoa) eta baita iparraldekoek (Lapurdi eta Zuberoa) ere, gero eta barne-antolakuntza gehiago garatzea eta nafar nortasunetik bereizten joatea ekarriko zuten, halaber beren foru-sistemetan oinarrituriko berezko nortasun bat garatzea.

Errekonkistan Gaztela eta Aragoiren hegoalderanzko zabalkuntza aurrera joan ahala, gero eta biztanleria latindar gehiago gehitzen joan zen. Hau dela eta, euskara, erresuma horietako lurraldeetan asko hitz egiten zen hizkuntza, eta Gaztela eta Aragoiko lehen erregeen ama-hizkuntza zena, garrantzia galtzen eta desagertzen joan zen.Gaztelako iparraldeko hirigune handietan hitz egiten zen erromantzea, zeina erromanizaturiko euskaldunen hizkeratik zetorren, inguruko herrietara zabaltzen joan zen, non euskara eguneroko mintzaira zen. Zaragoza aldean mintzatzen zen aragoiera euskal hiztun zen Aragoiko iparralderantz zabaltzen joan zen. Honela, Gaztela eta Aragoiko hasierako lurretan, elebitasun-mende batzuen ondoren, gaztelania eta aragoiera zabaltzen joan ziren; euskara, berriz, galtzen.

Gogoratu beharra dago gaztelarrak euskal triburik mendebaldekoenaren erromanizaziotik sortu zirela, hau da autrigoien erromanizaziotik; eta aragoiarrak, bestalde, Zaragozako inguruan bizi ziren iberiar eta euskaldunen erromanizaziotik. Baskoien tribuak erromatar inperio garaian Errioxan, Nafarroan eta ipar-mendebaldeko Aragoin zabaltzen zen. Hortik dator, beraz, erromantze bien antzekotasunak eta, era berean, haien arteko ezberdintasun fonetikoak, Gaztelako euskaldunek mendebaldeko euskaraz hitz egiten zuten bitartean; Aragoikoek, berriz, ekialdeko euskaraz hitz egiten zuten eta.

Mintzaira eta kultura latindarrak kristautasunaren sinonimoak ziren, euskal biztanleriaren gehiengoa jentila baitzen. Hizkuntz eta kultura latindarrek aurrera egiten zuten heinean, kristautasunak aurrera egiten zuen. XIV. mendetik aurrera, apurka, euskara lurralde hauen hizkuntz autoktonoa, desagertu behar zen hizkuntz basati, jentila eta behe-mailakoa bezala hartzen joan zen. Era honetan euskararen lehengoko debekatze-dekretuei hasiera emanez. Hauetariko bat, 1349.eko Oskako hiriko udal ordenantzan aurki genezake. Huescako Artxibategi Historikoaren arabera euskararen debekapena hiri onetan XVII. mendera arte mantendu zen, mende honetan ere, etengabeko sorginkeri prozesuen ondoren, zeintzuen bitartez euskal erlijioko fededunak jazarriak, torturatuak, epaituak eta, geroago, sutan erreak izan ziren, euskal erlijioaren existentziari amaiera emango zitzaion. Mende bat geroago, XVIII. mendean, Aragoin lurralde honi bere izena emango zion hizkuntza hilko zen, Aragoi euskaraz “haranaren lekua” esan nahi baitu. Nahiz eta gaur egungo iparraldeko aragoiarrek euskaraz ez hitz egin, beren kondairetan jarraitzen dute Mariuenaz aritzen. Mariuena euskaldunek beren antzinako erlijioko jainkosa gorenari deitzeko erabiltzen zuten “Mari Ona” adierazpenaren aragoiar egokitzapen fonetikoa baino besterik ez da.

Erantsitako irudia: iberiar penintsula 1.050.ean, Iruñea-Naiarako Erresumaren zatikapena gertatu eta gero.

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                       Angel Varela Garcia.

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